El humor lab de la University Of Colorado at Boulder, dirigida por el Dr. Peter McGraw, examinó a través de múltiples estudios diferentes condiciones bajo las cuales surge humor a partir de situaciones dolorosas o trágicas.
Una de las conclusiones más relevantes de este estudio fue la que refuta la clásica frase de Mark Twain, según la cual "las tragedias con el tiempo se vuelven comedias". Se determinó que el tiempo no es la única variable que transforma tragedia en comedia. En general, las tragedias más lejanas, en términos no solo de tiempo sino de distancia emocional, tienen mayores chances de convertirse en temáticas de humor.
Los científicos desarrollaron además la teoría de la “transgresión benigna.” Transgresiones benignas son aquellas tragedias menores que causan risa cuando suceden a uno mismo o a un cercano, o aquellas tragedias más pesadas que producen risa cuando afectan a terceros. Como Mel Brooks bien dijo, "la tragedia es cuando yo me corto un dedo y la comedia es cuando tú te caes en un alcantarillado y mueres".
Por ejemplo: si tu pareja dona $30.000 a una causa caritativa por accidente, es chistoso. Si dona $3.000.000 por accidente, no causa risa. En cambio, si un extraño pasara por una de estas dos situaciones, la segunda nos daría más risa que la primera. Es el efecto contrario. Algo más trágico da más risa si consideramos que nadie cercano salió herido.
Un estudio en particular arrojó un resultado muy interesante: mientras que las tragedias menores se vuelven menos chistosas con el tiempo, las tragedias más graves se vuelven más cómicas con el pasar de los días (si bien puede que nunca sean extremadamente chistosas).
Sin embargo, los científicos notan que existen excepciones a la teoría de la transgresión benigna. ¿Por qué durante el holocausto los judíos en campos de concentración contaban chistes sobre los nazis y su situación? Según la teoría de transgresión benigna, como es una tragedia extrema que sucede en cercanía, no debiera parecerles cómica. Puede ser que cuando estamos sobrepasados emocionalmente por eventos trágicos, cuando nuestro sufrimiento es de extrema severidad, utilizamos el humor como mecanismo de defensa ante a desesperación de no poder cambiar nada a nuestro alrededor.
Paradójicamente, en estas situaciones el paso del tiempo puede hacer que estos chistes se vuelvan incontables. Por ejemplo, si bien los judíos contaban chistes sobre el holocausto desde dentro de Auschwitz, en el 2019 nos parecería terrible que los mismo chistes reaparecieran. Esto es porque el mecanismo de defensa se ha vuelto innecesario.
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